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| Macarons délicat de pistacho receta propia |
Para las tapas: 300 g de harina de almendra tamizada (se consigue moliendo las almendras), 85g de agua, 300g de azúcar glas tamizado, 222g de clara de huevo envejecida, 300g de azúcar, colorante verde y amarillo, un puñadito de pistachos muy picados
Para el relleno: 300g de chocolate negro, 300g de nata líquida para montar, unas gotas de aroma de pistacho
PARA HACER LAS TAPAS: añadimos en un cuenco la el harina de almendras, el azúcar glas y la mitad de las claras, mezclamos bien con una espátula hasta que estén homogéneas y reservamos. Seguidamente mezclamos el azúcar y el agua hasta formar un caramelo, mientras esto se hace se monta las claras restante a punto de nieve. una vez echo el caramelo verterlo lentamente sobre las claras montadas sin dejar de batir para que no se baje, seguir batiendo hasta que formen picos, a continuación añadimos el merengue con la harina de almendra con cuidado y con movimientos envolventes, por último añadimos los colorantes y continuamos mezclando hasta conseguir una consistencia ni muy espesa ni muy liquida. seguidamente, echamos todo en la manga pastelera y apretamos sin levantar los círculos del tapete o molde que vayamos a usar, previamente habremos echado los trocitos de pistacho sobre el molde..Dejar reposar hasta que se forme una costra dura y hornear a 140º c durante 15 min.
PARA HACER EL RELLENO: Fundimos al baño maría el chocolate cortado en trocitos, hervimos la nata, dejamos que se entibie un poco y la añadimos sobre el chocolate fundido, añadimos el aroma de pistacho, removemos y batimos a velocidad baja hasta que no forme grumos, tapamos y reservamos en la nevera al menos por dos horas
PARA TERMINAR: Echamos el relleno en una manga pastelera y rellenamos las tapas formando círculos, apretamos suavemente contra la otra tapa y listo.
Nota: para hacer las claras envejecidas simplemente la dejamos en la nevera durante dos o tres dias, esto hará que la clara pierda agua y aumente sus proteinas lo que dará mayor consistencia a nuestro merengue.
Acompañado de un té verde se convierte en una exquisitez
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